lunes, 29 de octubre de 2012

El esperado




La fotografía es de Ben Roberts



Desde que comencé a regresar a casa hace ya años me he entretenido viendo mucho mundo, aunque he huido de los lugares que aparecen en las postales turísticas. En cuanto la familia salga a pasar el domingo fuera, entraré en el chalet y me acostaré en la cama más cómoda después de haberlas probado todas. Me he tenido que enfrentar a perros guardianes, he salvado vallas electrificadas y he engañado o seducido a empleadas domésticas que querían denunciarme a la policía. No sé cómo lo encontraría todo. Es muy probable que mis padres hayan muerto, mi esposa habrá rehecho su vida, como es lo más lógico. Me desentendí de mi hijo, así que me inquieta su reacción. En una urbanización de adosados, como la que abandoné, quizás pueda acoplar mi vida entre las vidas de quienes nunca tuvieron esperanza de verme, puesto que nunca fui para ellos el esperado.

jueves, 25 de octubre de 2012

La fiesta






El miércoles me convencieron de que la fiesta debía de suspenderse. Tenía que ver con el desmayo, con el hospital. No sé. Me quedé sin planes. Yo contaba con el bullicio, con la música y con poder beber, como otras veces. Se plantearon alternativas, entre ellas que la fiesta se celebrase en otra casa, pero hubo quien dijo que era necesario un poco de tacto, que había más fines de semana por delante para hacerla. Bueno, yo tenía ganas de fiesta. Todos teníamos ganas. Pero alguien dijo que no. Que era mejor no hacerla.
-¿Cómo está tu madre?, me preguntaban.
-En el hospital, no saben por qué se desmayó.
-No te preocupes, lo importante ahora es que tu madre se ponga bien.
El viernes anuncié que la fiesta seguía adelante para el sábado. A muchos no les gustó mi decisión y aunque vinieron a la fiesta no hicieron nada más que poner caras de circunstancias. Otros lo pasaron muy bien, se les olvidó el asunto del desmayo y el hospital y me abrazaron muchas veces, borrachos y contentos. Bebí y puse los discos que me gustaban. Mi madre salió del hospital al cabo de unos días.
-Tenemos que hacer una fiesta, le dije.
-¿Una fiesta?
-Sí, para celebrar tu recuperación.
-Hijo mío, me dijo, ¿cómo te gusta tanto una fiesta?
-No lo sé, bebo, la música y la gente.
-La haremos, me dijo, pero espera unos días.
La verdad es que pasaron semanas y yo referí muchas veces el asunto de la fiesta, pero mamá siempre buscaba excusas para retrasarla. Llegó el momento en que dejé de mencionarla, pero no abandoné la idea. A veces imaginaba que mamá ingresaba de nuevo en el hospital y yo aprovechaba para hacerla. Con mamá en casa era imposible, siempre me convencía para dejarla para un poquito más adelante. En fin, también pensé en si se moría.

viernes, 19 de octubre de 2012

Un cuento en el blog de Antón Castro






En el blog del crítico y escritor Antón Castro un cuento sobre la burbuja, no inmobiliaria ya tan fácil de identificar, sino literario-cultural, que nos está costando mucho más poner en evidencia, entre otras cosas porque muchos protagonistas de esa hinchazón ejercen todavía como opinadores de lo mal que lo hicieron los constructores, los políticos y los banqueros, sin ver lo mal que lo hicieron ellos mismos. Espero que el relato sea algo más que esa evidencia. AQUÍ.
Ah, y lleva unas fotos que le van muy bien.

viernes, 12 de octubre de 2012

El cuento Rey en Máquina de coser palabras








El escritor y fotógrafo Juan Yanes tiene un hermosísimo blog en el que reúne textos propios y de otros autores con unas impresionantes fotografías, propias y ajenas, que los acompañan. Como lo sigo desde hace tiempo y me gusta mucho, me han acabado entrando ganas de mandarle un cuentecillo titulado Rey para ver con qué imágenes me sorprendía. Aquí está todo. La fotografía de arriba es suya.